La formalización de un contrato protege los intereses tanto de la marca como del creador de contenido. Se especifican detalles como fechas de publicación, cantidad de contenidos y las políticas de uso de imagen. Además, se aclaran las cláusulas de confidencialidad y exclusividad en caso de requerirse. Con una base legal sólida, se evitan conflictos y se promueve la transparencia en la relación comercial. Esto garantiza el buen desarrollo de la campaña.